Hornos de Don Víctor: de venta de empanadas a restaurant imperdible
Hablar de Eloísa Espinoza Campos es sinónimo de Hornos Don Víctor, una “picada” de aquellas, muy reconocida en la comuna y parada obligatoria en la ruta gastronómica de Colina.
Pero también es el ejemplo perfecto de mujer emprendedora y empoderada.
La directora del Centro del Emprendedor de la Municipalidad de Colina, Myriam Rodríguez, refrenda la apreciación: “Tenemos una historia grande con ellos, de trabajo, asesorías, levantamiento de recursos, en fin. Para nosotros ha sido muy satisfactorio acompañarla en este camino y por eso quisimos destacarla como ejemplo de todas las aristas que implica ser emprendedor”.
Todo partió hace años cuando Eloísa empezó a trabajar el negocio como una apuesta familiar con sus tíos Víctor y Ester. Después el negocio quedó para ella, su marido y su hermana Gloria. Por ese entonces sólo vendían empanadas de pino, tortillas, desayunos y té o café.
Hoy, 34 años después, Hornos Don Víctor es un restaurant consolidado en el Paradero 27 de la Carretera General San Martín. El número no es casualidad, pues si se piensa con cuidado, en 1983 nuestra comuna no era ni la sombra de lo que hoy conocemos como Colina, por lo que un emprendimiento como este era casi impensado en aquellos días.
Eloísa se ríe cuando le dicen que su historia es igual a la de la señora Tina, la emprendedora de El Arrayán que hizo una fortuna partiendo de la venta de pan amasado. “Me lo dicen siempre y no me molesta, al contrario me llena de orgullo. Desde que nos hicimos cargo con mi hermana y mi esposo Marcos ya van 19 años, y hemos tirado el negocio con todo para arriba a punta de esfuerzo y, debo decirlo, con el apoyo fundamental del Centro del Emprendedor”.
Nuestra emprendedora destacada hace una pausa y luego agrega que “recién vine a conocer este organismo con el alcalde Mario Olavarría. Ya van nueve años que trabajamos juntos con el Centro del Emprendedor. La verdad es que el alcalde ha sido un gran soporte para la comunidad en general, pero sobre todo para el adulto mayor, los que trabajamos con negocios y especialmente para las mujeres”.
Vuelve a reírse con ganas Eloísa, porque asegura que “somos las mujeres las que la llevamos aquí en Colina, somos súper trabajadoras y por eso la mayoría de los emprendimientos son femeninos”.
Así, siempre guiada por el Centro del Emprendedor, postuló y ganó su primer proyecto Fosis, con lo que compró una chimenea dándole un toque de distinción a su negocio. Luego vino un trabajo en conjunto con Anglo American y su proyecto Emerge, con lo que agrandó el local dando el paso definitivo hacia la consolidación. Y en el tiempo ha seguido sumando nuevos fondos, capacitaciones y redes con el apoyo del Centro del Emprendedor.
Ella reconoce su falta de estudios, tema que la puso muy nerviosa cuando llegaron los monitores de cada proyecto y preguntándole si sería capaz de hacer los cursos: “Pero le eché para adelante nomás, y saqué los cursos de ventas, marketing e innovación en un año intenso donde tuve que conocer la Universidad a la fuerza”, recuerda Eloísa con algo de nostalgia y emoción al revivir su paso por la Universidad Adolfo Ibáñez.
Ahora su negocio es una referencia para todos, y su historia de vida es el mejor ejemplo de que, si se quiere, se puede. ¡Es cosa de volar y soñar para emprender!